Leyendas de Suflí 5/6

Ermita de la Cruz

Audioguía en texto

Despliega este banner si prefieres leer por tu cuenta el texto de la audioguía de esta parada.

[ Haz click para desplegar ]

Contaban las abuelas, que a su vez se lo contaban sus abuelas y que un día me la contaron a mi, diciéndome así: ¿Has visto esta Cruz? pues esta Cruz que hay aquí expuesta está hecha de un madero que salvó a una mujer de una riada.

Al parecer una mujer de Suflí, que se encontraba cerca de Baza, se vio sorprendida por una fuerte tromba de agua y que estando a punto de ahogarse, le pidió al Señor que la salvara. Tal fue su Fe en Dios, que en ese momento el agua trajo un madero, que consiguió agarrarlo y así poder salvar su vida.

En agradecimiento, la mujer lo guardó, y mandó hacer con él una Cruz, para traerla a su pueblo, cuando volviese. Pero una vez hecha, pensó que era poca la ofrenda. entonces cuando decidió regresar a Suflí desde Baza, lo hizo andando con dicha Cruz sobre su espalda, para intentar compartir el sufrimiento que tuvo Jesús en su camino hacia el Calvario, agradeciendo con este gesto, aun más, la gran ayuda prestada.

Los vecinos de aquella época decidieron edificar esta ermita para exponer el madero milagroso pasando a llamarse Ermita de la Cruz.

Era por costumbre que antiguamente una «palmatoria» (lámpara de aceite) estuviese siempre encendida a los pies de esta Cruz, pero sobre el año 1900 ocurrió un derrumbe de manera inesperada en esta Ermita, donde hay que mencionar que solo se mantuvo intacta dicha lámpara de aceite, la cual no llegó a apagarse.

Hay que hacer mención, que en la última restauración que se hizo de esta Ermita, aparte de reparar toda la estructura, se procedió a la sustitución de la Cruz original por una nueva, pero fue entonces, cuando las mujeres de nuestro pueblo se opusieron rotundamente a su sustitución. donde ellas mismas se encargaron de buscar financiación para restaurarla, ya que estaba muy deteriorada con el paso de los años, y así volver a ponerla en el sitio que siempre estuvo.

Tanta importancia tiene para el pueblo de Suflí esta pequeña Ermita, que ha sido capaz de darle nombre a la placeta, y al barrio que la rodea así como hacer una fiesta en su honor: cuya celebración se hacen los días 2 y 3 de Mayo, donde se engalana con flores naturales.

Es por costumbre que la víspera del día 3 de Mayo, se reúna toda la gente del pueblo para cantar canciones populares, hacer juegos a los niños y degustar unas magníficas hojuelas con chocolate caliente.

El día tres de Mayo al atardecer se celebra en esta placeta la Santa Misa.

Continúa esta audioguía con el resto de Leyendas de Suflí

Loading