La Ermita de San Roque se encuentra en la cima de la pequeña colina que preside la entrada de Suflí queriendo dar al visitante la bienvenida al pueblo. Su construcción fue en torno al año 1753. 

Su ubicación recuerda a los creyentes la necesidad de elevarse sobre las miserias materiales del suelo, para ir buscando la pureza del cielo.

Desde su placeta se puede divisar perfectamente toda su fértil vega como prácticamente toda la villa, formando todo un conjunto armónico muy agradable de contemplar. 

Su interior, está formado por una gran nave central, que termina en otra más pequeña, siendo en esta, donde se encuentra su altar mayor, presidido por una antiquísima talla de madera que representa al patrón de Suflí, San Roque, donde dicha talla consiguió salvarse de la quema de todos los santos que sufrió el municipio el 14 de agosto de 1936, época en la que se perdieron algunas magníficas imágenes de gran valor artístico. Es un edificio de estructura sencilla pero atrayente. La fachada blanca, contrasta con el cromatismo del cielo y remata en una pequeña campana, tan humilde como pintoresca. 

Desde esta ermita se da comienzo a la Semana Santa, con la bendición de las palmas y el Domingo de Ramos. El 16 de agosto, se baja la imagen del Santo Patrón, San Roque, para encontrarlo con el que está en la iglesia y hacer que ambas imágenes caminen juntas hacia el templo principal.  

Su compañera, la Ermita de la Cruz, se encuentra en el lado opuesto del pueblo, siendo su construcción anterior a la de San Roque. Es uno de los enclaves más importantes del municipio, siendo visitado tanto por locales como por turistas, especialmente por los beatos de la Santa Cruz. Se encuentra en el vértice occidental del lado Sur del pueblo, sobre la llamada «rambla de los yesares», es sencilla y humilde; no por ello, carente de atractivo pintoresco y simbolismo. Tiene planta cuadrada. La estructura de su tejado es compleja y curiosa, aunque en línea con su peculiar sencillez.

En el interior hay una cruz desnuda, la cual se vela el 2 de mayo y se rodea de las mejores flores y macetas de las casas y huertas del pueblo. La pequeña puerta de la ermita coronada con ladrillos de adobe dispuestos en arco, nos hacen imaginar su trasiego en otras épocas. 

El edificio se integra en un fondo de naturaleza en el que destaca la histórica y gigantesca morera, memoria de la época en que Suflí era un importante productor de seda. 

Nos trasladamos ahora hasta La fuente para hablar sobre esta y sobre el Lavadero de la Zanja, que son importantes puntos de interés naturales del tradicional municipio.